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Alemania se abstiene

15 de abril de 2003

El consumo de cerveza en Alemania, tradicionalmente uno de los mayores del mundo, ha bajado este año. Las cervecerías están en venta por falta de alemanes sedientos.

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¿Cómo que no quieren tomar la penúltima?Imagen: AP

Alemania y cerveza son dos términos que todos asociamos automáticamente. Es uno de los tópicos que componen el perfil costumbrista de los alemanes. Salchichas y cervezas. El que esto piensa, no andaba desencaminado hasta ahora, pero ¿hasta cuándo?, no se sabe. Parece que los alemanes han reducido el consumo de cerveza y algunos se preocupan por los cambios en la idiosincrasia del país.

Los fabricantes de cervezas están deprimidos pero para olvidar, ya no beben una cerveza sino que ponen su fábrica en venta. El sector está padeciendo de una cirrosis generalizada como consecuencia del auge de los años anteriores. Cada alemán bebía en los años noventa un promedio de 17 cajas de cervezas que a 10 litros por caja supone unos 170 litros de cerveza anuales. No está mal. En la década actual, el consumo se ha reducido simbólicamente a 15 cajas y sigue bajando. Las pequeñas cervecerías están en venta y sin posibilidad de ampliar mercado.

El drama de toda una ciudad

Iserlohn, en Sauerland , era tradicionalmente una de las ciudades productoras de cerveza. El propietario del grupo de bebidas fabricante de bebidas Brau und Brunner ha puesto la fábrica en venta. La manera de manifestarse en contra del recorte de puestos de trabajo se vive de manera especial en la ciudad. Hasta el alcalde sale en la manifestación gritando consignas como "¡Cada litro cuenta!". Cada vaso y cada trago de cerveza, se considera en la ciudad como un acto solidario con los trabajadores que perderán su fuente de ingresos. A no ser que los "iserlohnianos" beban más cerveza, nadie la comprará. Este año, unas 170 cervecerías se han puesto a la venta, la octava parte de las cervecerías alemanas.'

Der Himmel in Leipzig
Imagen: AP

El director de la empresa, Peter Michaelis, justifica el recorte de costes por el descenso de los clientes habituales. Fabricaron el año pasado unos 163.000 hectolitros de cerveza pero la planta está preparada para asimilar una producción de hasta 400.000 hectolitros. En los noventa se bebía mas. El director dice que la ausencia de los soldados británicos y estadounidenses en la región se ha notado mucho. Iserlohn era en los noventa una ciudad cuartel y los soldados eran los mejores clientes. "Unos 15.000 soldados han sido desplazados a otros destinos y esto se ha notado en el consumo", opina el empresario.

La tragedia continúa

Bierabsatz sinkt
Imagen: AP

La cervecería cierra y se pondrá en venta, los empleados despedidos y en la región el paro sube cada vez mas. La cuota de desempleo está alcanzando casi el 10 % de la población . Era una región que siempre ha vivido de la producción de carbón y acero. El carbón ya se acabó y el acero también. Ante tanta crisis, los ciudadanos quieren mantener por lo menos la cerveza por que si no, ¿qué les queda?. Los amantes de los bares y patriotas cerveceros dicen que la cerveza necesita su hogar y cada ciudad necesita su cerveza. La Pils de Iserlohn tiene que ser fabricada con agua de Iserlohn. Si una gran empresa asimila las marcas locales, la cerveza ya no será la misma.

Ante el descenso de ventas en el mercado nacional, las empresas cerveceras alemanas tiene que buscar una salida al exterior y otra vez aquí tropiezan con el poder de las grandes compañías. Los grandes tienen contratos con los comerciantes y no dejan apenas sitio para nueva competencia. Sólo en caso de que la cervecería sea asimilada por una gran empresa mundial de bebidas, se podrá hacer un hueco en el mercado exterior, aunque sea sólo como socio junior.

Y el gobierno dando la lata

La obligación al pago del depósito para la latas, ha supuesto otro duro golpe al consumo de la bebida alcohólica alemana por excelencia. Muchas marcas han retirado sus productos envasados en lata porque cada lata cuesta al consumidor 25 céntimos de euro y estos se niegan a pagarlo. El problema es que todavía existe un vacío legal al respecto y cuando un sediento viajero, compra una cerveza en la estación de Munich para tomarla en el tren, sólo la puede devolver en Munich. Si el viajero ya partió, perderá su dinero. Los fabricantes ya se han manifestado en contra de las medidas para el reciclaje de los envases pero las protestas todavía están ante los tribunales.

El único sector en auge es el de las mezclas envasadas. Bebidas como Mixery y Frankenheim Blue que ofrecen al consumidor una variante de cerveza mezclada con cola. El consumo de esta bebida se ha incrementado en los últimos años pero aun así, no llenan el vacío dejado por los clásicos y solo llena el 3% de la producción.

La estadísticas lo dicen pero él que pase por Alemania en verano, puede ver sobre el terreno que la imagen típica no ha cambiado tanto. Calles y parques llenas de alemanes disfrutando de los primeros rayos de sol después del frío invierno. Cada alemán con su marca de cerveza y cada botella de cerveza, con su alemán.