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Alemania: producción ultraespecializada la mantiene a la cabeza

José Ospina Valencia20 de mayo de 2005

El mundo tiene buenas razones para temer la invasión de oferentes baratos, menos Alemania. La ultraespecialización de la producción emerge como uno de los fuertes a la hora de resistir el ataque de baratijas chinas.

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Sabrina Weiser en un Call Center, Erfurt.Imagen: dpa

La industria textil italiana registra una caída de dos dígitos. A los griegos y portugueses no les va mejor. La razón: la invasión de baratijas chinas. Las masivas importaciones chinas están afectando incluso a los Estados Unidos que esta semana limitaron el acceso a los asiáticos para "proteger la industria doméstica de la competencia barata". ¡Bienvenidos al libre mercado!

Al parecer, sólo los alemanes no se inmutan ante tal "amenaza global". Mientras en el interior se discute sobre la cara oscura del capitalismo, los demás entienden a golpes, lo que, en la realidad, significa "competencia barata". Los alemanes, en cambio, han sabido crear un mercado de productos ultraespecializados que tienen su razón de ser en el mundo.

Gran Bretaña: primera en destruír plazas de trabajo

Mientras algunos expertos alemanes se quejan de la "mudanza" de plazas de trabajo al Este o a Asia, los estudiosos del European Restructuring Monitor (ERM) demuestran que no es Alemania sino la Gran Bretaña bajo el laborista Tony Blair, la campeona europea en destruir puestos de trabajo en su país para trasladarlos a regiones de mano de obra baratísima. Mientras los alemanes tienen Callcenters en Irlanda, los británicos los mandaron a la India.

En la Italia del conservador Berlusconi, desde 1990 la producción textilera dejó de contribuir un 40% al PIB. Y ni hablar de Portugal en donde sólo en 2003, la exportación de textiles cayó a casi la mitad. Hasta los mismos checos, en plena Europa oriental, están produciendo sólo el 80% de los zapatos que en 1995 porque China los fabrica mucho más baratos.

El mercado libre siempre es justo cuando uno mismo dicta las reglas. Por eso ya quisieran algunos senadores estadounidenses imponer aranceles del 27% para todas las importaciones chinas, como lo confiesan sin tapujos. Lo que incita al servicio de Internet "economy.com" a temer que "EE.UU. está cayendo en el viejo proteccionismo".

¿Habrá razones?

El déficit comercial de Estados Unidos respecto a China toma dimensiones inusitadas: los últimos reportes hablan de 15 mil millones de dólares mensuales. En los años 80 aún había superávit para Washington. El dominio de mercado estadounidense ha decrecido del 14 al 10%. Desde 2002, su industria ha recortado 3 millones de plazas de trabajo bajo la presión de los mercados mundiales. Algo parecido sucedió en el Este alemán tras la debacle socialista.

Alemania se mantiene fuerte

A juicio de algunos expertos, los recortes laborales tendrían que haber reforzado la posición de EE.UU., Gran Bretaña y Portugal. Pero ese no es el caso. Pero la verdad es que ningún otro país occidental mantiene una posición tan fuerte ante los oferentes baratos como Alemania. Ningún otro país ha logrado sostener su cuota en los mercados mundiales, a pesar de la aparición de nuevos competidores.

Mientras los mismos Estados Unidos pierden miles de millones mensuales en el Este europeo, Alemania hace ganancias en cientos de millones. Es más, las exportaciones alemanas a China se han triplicado desde el año 2000.

El precio no es todo

"La creación de valor agregado de las industrias modernas se asemejan a complejas redes en donde el precio es sólo una componente entre otras", dice Henning Klodt, del Instituto para la Economía Mundial. Por lo menos, tan importante como el precio, siguen siendo la calidad, la confiabilidad y la flexibilidad. Y aunque el futuro no está asegurado para nadie, Alemania no está tan mal como muchos quejumbrosos la ven.