Alemania preocupada por alza de ataques con cuchillos
19 de agosto de 2024El Gobierno alemán prometió leyes más duras contra el porte de armas blancas luego de que la Policía reportara un aumento en el número de ataques con elementos cortopunzantes, especialmente cerca de las estaciones de trenes, aunque las estadísticas son controvertidas.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, pidió que se modifique la ley para que solo se permita el porte de cuchillas de hasta 6 centímetros en el transporte público, en vez de los 12 centímetros que se permiten actualmente.
"Los cuchillos son usados para cometer actos brutales que pueden provocar lesiones de gravedad o la muerte", dijo Faeser a la cadena pública ARD a comienzos de agosto. "Necesitamos leyes de armas más duras y controles más estrictos", apuntó.
El pronunciamiento del Gobierno se produjo después de que las estadísticas policiales reportaran un aumento del 5,6 por ciento en ataques con cuchillos con resultado de heridas de gravedad, con 8.951 casos en 2023.
La Policía Federal, que es responsable por la seguridad de los aeropuertos alemanes y las estaciones de trenes, también reportó un importante aumento en los ataques con arma blanca alrededor de las estaciones, con 430 en los primeros seis meses de este año.
Estadísticas controvertidas
Sin embargo, la Policía solo recopila estadísticas sobre delitos con cuchillos desde 2021, y los expertos se muestran cautelosos a la hora de definir las últimas cifras como una tendencia. Dirk Baier, un criminólogo alemán del Instituto de Prevención de la Delincuencia y el Crimen de Zúrich, dijo que Alemania en realidad no tiene muchos datos sobre delitos con armas blancas.
"La Policía incluye tanto los ataques con cuchillos como las amenazas con cuchillos, por lo que se trata de una categoría muy vaga", dice a DW. "Y solo ha pasado un período muy breve, las cifras no son realmente fiables", añade.
Esto no ha sido un problema para la derechista Alternativa para Alemania (AfD), que ha usado las cifras para sugerir que son resultado de la "política migratoria" del país. "Tenemos una explosión de la delincuencia extranjera, criminalidad juvenil, violencia migratoria, porque tenemos las fronteras abiertas", dijo la colíder de AfD, Alice Weidel, a la cadena alemana ZDF en julio.
Mientras, la prensa alemana se interesa cada vez más por los delitos con cuchillos, especialmente tras el asesinato en mayo de un policía en Mannheim a manos de un refugiado afgano, en lo que parece haber sido un ataque con trasfondo islamista.
Pero los expertos no ven un vínculo entre los delitos violentos y la migración. Aunque los extranjeros están representados de forma desproporcionada en las estadísticas sobre delitos cometidos con armas blancas, esto en sí mismo no dice mucho, argumenta Baier.
"Si observamos más de cerca a los extranjeros, encontramos grupos de personas muy distintos. Tenemos a los europeos del este, a los norafricanos, a los sudamericanos y personas de origen árabe", explica. "Estas son todas culturas muy distintas, por lo que no podemos decir que los extranjeros tienen una 'cultura del cuchillo' o que hay trasfondos étnicos que tienen una relación directa con el porte de armas cortopunzantes".
"Deberíamos hablar menos del país del que proceden y más de las circunstancias de sus vidas", dice el experto. "¿En qué ambientes crecieron? ¿Por qué creen que es importante portar cuchillos? ¿Cuál es su formación académica?", arguye.
¿Cómo controlar los delitos con cuchillos?
Dado lo anterior, Baier se muestra escéptico sobre la utilidad de la ley que Faeser busca impulsar. Sin embargo, piensa que al menos podría simplificar la legislación alemana, muy complicada debido a que cada estado federado tiene sus propias reglas respecto a qué tipo de cuchillos están permitidos y cuáles no.
Lars Wendland, presidente del sindicato de policía alemán GdP, acogió con agrado la propuesta de Faeser, pero argumenta que la Policía necesita más que un simple cambio legal. "¿De qué sirve endurecer la legislación si no podemos hacer que se cumpla?", pregunta a DW. "También tenemos que ver si tenemos personal y material para implementarla", agrega.
Wendland estima que la vigilancia mediante reconocimiento facial y que se permita a la Policía llevar a cabo controles aleatorios en ciertas zonas "sin armas" sería un buen comienzo. Pero, hasta ahora, ninguna de esas medidas ha sido anunciada por Faeser.
Las zonas "sin armas" han sido introducidas en algunas ciudades alemanas, y si bien hay pocas pruebas de que hayan contribuido a la reducción de los delitos violentos, dice Baier, parecen hacer que la gente se sienta más segura. "Hay estudios sobre las zonas sin armas de Leipzig y Wiesbaden que han mostrado que la criminalidad no ha disminuido de forma notoria, pero la gente se siente más segura. Creo que eso se debe seguramente a que andan más policías", estima.
(dzc/rml)