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Alemania: Los grandes partidos quieren reforzar su base negociadora

mjrm24 de septiembre de 2005

Mientras que socialdemócratas y conservadores continúan sondeando una posible coalición, Bruselas advierte que la economía europea podría sufrir que se dilate la conformación del gobierno.

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Schröder y Merkel tras el poder.Imagen: AP

En las filas del Partido Socialdemócrata (SPD) ha empezado a discutirse la llamada "solución israelí" que supondría una alternancia en el gobierno entre el actual canciller, Gerhard Schröder, y la aspirante conservadora, Angela Merkel. Pero en las filas de la Unión Cristianodemócrata y Social Cristiana (CDU/CSU), esta idea se califica de "absurda".

Todos contentos

Según el portavoz del ala derecha del SPD, el denominado Círculo de Seeheim, Johannes Kahrs, lo aplicación ideal del modelo israelí sería que Schröder asumiera la Cancillería en los primeros dos años y Merkel en la segunda mitad de la legislatura.

Según Kahrs, ambas partes saldrían ganando. Por un lado, el SPD podría organizar bien la transición con un equipo de gobierno en funciones y experimentado. Por otro, Merkel entraría en la campaña para la siguiente legislatura desde la posición de jefe de gobierno.

En cambio políticos como el primer ministro de Sajonia, Georg Milbradt (CDU), describen el modelo como "totalmente absurdo". Ante el semanario "Der Spiegel" sostiene que Merkel "jamás" estará dispuesta a pactar ese modelo.

Su colega de Turingia, Dieter Althaus (CDU), va más lejos y desde las páginas del diario "B.Z." lanza una especie de ultimátum a los socialdemócratas al exigirles que aclaren el problema del candidato a la Cancillería antes de las próximas conversaciones entre ambos partidos, previstas para el miércoles.

Schröder sólo puede seguir siendo canciller si se alía con la izquierda, pero no si hay una gran coalición. Por eso "ha llegado el momento del desarme verbal, de lo contrario, las negociaciones no tienen sentido", sostiene Althaus. "Hasta el próximo miércoles espero que haya claridad y que el SPD acepte a Angela Merkel como la número uno del grupo parlamentario más fuerte", añade.

Pacto entre grandes

Al mismo tiempo, continúan en el SPD las voces que plantean tímidamente una retirada de Schröder. "En una democracia no se debe decir nunca jamás", afirma el primer ministro de Renania Palatinado, el socialdemócrata Kurt Beck en una entrevista con la revista "Focus".

La CDU/CSU alcanzó en las legislativas del pasado domingo un 35,2%, mientras que el SPD obtuvo un 34,3%. Ni Merkel ni Schröder tienen mayoría suficiente para formar gobierno con sus aliados naturales -liberales y verdes, respectivamente-, por lo que, tras quedar prácticamente descartadas alianzas tripartitas, todo apunta a una gran coalición entre las dos grandes formaciones.

Bruselas advierte

Hasta que no se decida la coreografía del próximo gobierno alemán, la política germana parece virtualmente paralizada. Esta indefinición es un tema de gran preocupación, como admitió el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Joaquín Almunia.

"La situación en Alemania es motivo de gran preocupación. Necesitamos un gobierno alemán fuerte", afirmó Almunia. "La falta de confianza entre los consumidores y su incertidumbre por el futuro es además consecuencia de la falta de reformas estructurales", explicó al periódico alemán Süddeutsche Zeitung.

"Alemania fija el estándar para sus socios de la Unión Europea", sostiene el español, para quien las reformas estructurales en la mayor economía de Europa eran "muy importantes para el funcionamiento de la zona euro".

En este contexto Almunia anunció que era "muy probable" que en noviembre la Comisión Europea endurezca el procedimiento por déficit excesivo contra Alemania por romper persistentemente las reglas de financiamiento de la Unión. El déficit de Alemania superaría el límite de 3% del Producto Interno Bruto por cuarto año consecutivo en el 2005. Almunia exige que el próximo gobierno alemán emprenda un gran esfuerzo para reducir la brecha.

Hay mucho en juego. El principal obstáculo, por ahora, es que tanto Merkel como Schröder reclaman para sí la jefatura de gobierno.