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Alemania intermedia en el Líbano

Eva Usi4 de diciembre de 2006

Diplomáticos europeos y árabes intentan apaciguar los fuertes disturbios en el Líbano, país que, según expertos, se encuentra al borde de una nueva guerra civil.

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El ministro alemán del Exterior, Frank Walter Steinmeier y su homólogo sirio, Walid al-Muallem.Imagen: AP


El ministro alemán del Exterior, Frank Walter Steinmeier concluyó un periplo en el Medio Oriente con una visita a Damasco, Siria. Durante un encuentro con su homólogo sirio, Walid al-Muallem, el diplomático alemán exhortó a Siria a respetar incondicionalmente la soberanía del Líbano. Steinmeier pidió a Damasco su ayuda para poner fin a la crisis en el vecino país y exhortó a todas las partes a actuar responsablemente. "Bajo el actual clima de enfrentamiento es imposible el necesario diálogo entre las distintas fuerzas políticas libanesas", dijo Steinmeier.

Steinmeier visitó Beirut el sábado y expresó el apoyo de la Unión Europea al primer ministro Fuad Siniora y a su gobierno. También la Liga Árabe se esfuerza por detener la escalada en el conflicto. El secretario general Amr Mussa se reunió el fin de semana con representantes de las milicias Hezbolá y con el primer ministro libanés Fuad Siniora.

Chiítas vs. sunitas

Hisbollah Proteste Libanon
Simpatizantes de Hezbolá llevan pancartas de su líder, Hassan Nasralá.Imagen: AP

Violentos choques entre simpatizantes chiítas y sunitas se cobraron la primera vida humana este fin de semana, cuando un joven chiíta de 20 años fue alcanzado por los disparos de un francotirador, en un barrio con población de mayoría sunita.

Las tensiones en el Líbano han ido en aumento desde que el grupo extremista chiíta Hezbolá orquestara una serie de protestas callejeras en Beirut para exigir la dimisión del primer ministro libanés Fuad Siniora. El mandatario suní, respaldado por las potencias occidentales y varios gobiernos árabes, afirma que resistirá las presiones de los manifestantes que lo acusan de pro-occidental, corrupto y anti-sirio. Los choques por cuarto día consecutivo entre simpatizantes de Hezbolá y del gobierno dejaron el saldo de un muerto y numerosos heridos.

Steinmeier am Flughafen Damaskus
El ministro sirio del Exterior, Walid al Muallem, recibe a su homólogo alemán, Frank Walter Steinmeier.Imagen: AP

Derrocar a un gobierno pro-occidental

El objetivo de los manifestantes chiítas, apoyados por Irán y Siria, es derrocar al gobierno integrado por políticos anti-sirios de partidos suníes, cristianos y drusos, que ascendió al poder tras la revuelta popular que se produjo tras el asesinato del ex -primer ministro Rafik Hariri, hace un año. Entonces Siria fue obligada por Occidente a replegar su presencia militar del Líbano que mantuvo durante casi tres décadas.

Desde la invasión israelí el verano pasado el país quedó polarizado y dividido entre suníes y chiíes con sus respectivos aliados cristianos. El líder de Hezbolá, el jeque Hasan Nasralá, ha sabido capitalizar la eficacia de sus milicianos en el campo de batalla y en la reconstrucción del país. Nasralá se opone abiertamente a un gobierno que ha aprobado la formación de un tribunal internacional para juzgar el asesinato de Hariri.

Las primeras señales de distensión se produjeron ayer. El ex -presidente Amin Gemayel sostuvo anoche un encuentro con el secretario general de Hezbolá, Hasan Nasralá y posteriormente con las Fuerzas del 14 de Marzo, coalición anti-siria.