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Alemania acepta a Zoellick

Agencias / Pablo Kummetz30 de mayo de 2007

La ministra alemana de Cooperación y Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul, saludó hoy la designación del ex vicesecretario de Estado de EE. UU. Robert Zoellick como candidato para la presidencia del Banco Mundial (BM).

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Robert Zoellick: otro neoconservador al frente del Banco Mundial.Imagen: AP

“Robert Zoellick es un buen candidato con un elevado nivel de experiencia internacional', señaló la ministra en un comunicado.

Zoellick, de 53 años, fue designado hoy por el presidente de EEUU, George Bush, para suceder al actual presidente, Paul Wolfowitz, quien abandonará el cargo el próximo 30 de junio debido a un escándalo de favoritismo relacionado con su pareja, Shaha Ali Riza.

Wieczorek-Zeul, quien había reclamado abiertamente la dimisión de Wolfowitz, declarándolo “persona non grata en Alemania”, subrayó que lo importante ahora es “que el Banco Mundial cuente rápidamente con un presidente y recupere así su capacidad de gestión”.

La ministra agregó que el gobierno alemán se alegra de poder emprender con Zoellick un “diálogo sobre los retos del futuros y las próximas estrategias del Banco”.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, designó al ex diplomático y ex representante de Comercio Robert Zoellick como su candidato a la presidencia del Banco Mundial (BM), alguien que, según dijo, está “enormemente preparado” para el puesto.

“Una larga y distinguida carrera”

“Bob Zoellick ha tenido una larga y distinguida carrera (...) que lo ha preparado bien para su nuevo cargo', indicó Bush, quien elogió las dotes de liderazgo de su candidato, así como su capacidad para motivar a los empleados y concentrarse en los resultados.

El candidato de la Casa Blanca dejó hoy constancia de que es consciente de las tensiones que causó el caso Wolfowitz en el Banco Mundial, al señalar, durante la ceremonia de nombramiento, que el organismo “ha pasado por momentos difíciles”.

Añadió que entre “todos los involucrados existen frustraciones, ansiedades y tensiones que podrían inhibir el futuro”, una situación que describió como “entendible y remediable”. Pero agregó que el organismo multilateral necesita dejar atrás las desavenencias y dijo creer que los mejores días para el Banco Mundial “todavía están por llegar”.

Su nombramiento ha sido recibido en Europa con beneplácito, pese a perpetuar una tradición que muchos consideran necesario eliminar: que la Casa Blanca sea la encargada de elegir al presidente del Banco.

La costumbre se remonta a finales de la II Guerra Mundial, cuando nacieron el BM y su institución hermana, el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo liderazgo recae siempre en manos europeas. Líderes políticos y organizaciones de desarrollo han cuestionado esa práctica en las últimas semanas y la propia Asociación de Empleados del Banco pidió que la elección del candidato se basase en sus méritos y no en su nacionalidad.

Los ánimos siguen caldeados

De cualquier forma, los ánimos siguen caldeados entre el personal del BM. Hoy se pusieron a circular internamente copias de documentos en los que Zoellick figura firmando un alegato a favor de la guerra de Irak, junto con Wolfowitz y otros neoconservadores.

De todos modos, nada hace prever una sorpresa de última hora, dado que EE.UU., el socio mayoritario del BM, cuenta con la luz verde de los líderes europeos, lo que en principio parece más que suficiente para garantizar la aprobación de Zoellick.

Aun así, y en un gesto simbólico sin precedentes, el Consejo Ejecutivo del BM, integrado por 24 directores que representan a los 185 miembros de la entidad, señaló que espera recibir más de un candidato a la presidencia.

Zoellick, en la actualidad alto ejecutivo del banco de inversión Goldman Sachs, tiene fama de republicano fiel pero también de hombre pragmático, a diferencia de Wolfowitz, considerado un ideólogo.

Nacido en 1953 en Naperville (Illinois), recibió una elitista educación en las universidades de Swarthmore y Harvard. Desarrolló desde joven su carrera en Washington, ciudad en la que trabajó a partir de 1985 en el Departamento del Tesoro a las órdenes de James Baker, quien se convirtió en uno de sus mentores.

En su larga carrera política se destaca su responsabilidad como secretario de Comercio (2001-2005) y su puesto como “número dos” del Departamento de Estado (febrero de 2005-junio de 2006), donde se hizo cargo de las relaciones con China y del manejo de la crisis en la región sudanesa de Darfur.