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Alemanes “tienen que trabajar más“

24 de julio de 2003

Para recuperar la atención de los inversionistas extranjeros y la competitividad, cada vez más expertos quieren romper con un tabú alemán y aumentar las horas de trabajo.

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Los trabajadores industriales alemanes están entre los que menos trabajan en el mundo.Imagen: AP

El proverbial e incansable trabajador alemán, imagen surgida a partir de la espectacular reconstrucción de posguerra y el "milagro económico" que le siguió, cimentaron esa idea ampliamente difundida.

Pero las estadísticas hablan otro lenguaje,y no sólo las patronales y los economistas liberales exigen romper con los acuerdos laborales vigentes. Así el socialdemócrata y Ministro de Economía Wolfgang Clement, fue uno de los primeros en sondear con cautela la posibilidad de ampliar la jornada laboral.

Menos que España

Los expertos exigen que Alemania tome conciencia de la situación en otros países. Dentro de la treintena de países más industrializados del mundo que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), Alemania ocupa el antepenúltimo lugar en cuanto a horas de trabajo. Incluso con un aumento de la jornada laboral en cuatro horas semanales, el trabajador industrial alemán tendría más tiempo libre que sus colegas en Gran Bretaña, Irlanda, España y Finlandia.

Bundeswirtschaftsminister Wolfgang Clement
Wolfgang Clement quiere reducir los días feriados, para impulsar la economía.Imagen: AP

Hay que recordar que Alemania es un país con un ejemplar funcionamiento institucional, aunque con poca flexibilidad para enfrentar cambios. Pero es justo lo que exigen los responsables de la vida económica ante los síntomas de la primera situación de crisis en décadas, aunque de momento no parece haber margen para negociar. Así, el Ministro Clement, por ejemplo, se ganó la crítica de todos los partidos políticos, de los sindicatos y las Iglesias al querer debatir la eliminación de algunos días feriados y convertirlos en días hábiles.

Más trabajo por el mismo sueldo

En cambio no soprende que Dieter Hundt, jefe de la patronal, afirme que los alemanes no trabajan lo suficiente. Como ya es tradicional en Europa, quienes piden mercados laborales más flexibles miran con envidia hacia los EE.UU. "Trabajamos 20% menos que los estadounidenses", se queja Hundt, quien aboga por eliminar acuerdos salariales a nivel nacional y quiere que la jornada laboral se negocie a nivel de cada empresa.

En esta misma línea se mueven muchos economistas. Hans-Werner Sinn, presidente del renombrado instituto ifo de investigación económica, recomienda aumentar la semana laboral de 38 a 42 horas, pero sin que suba la remuneración. Según explicó Sinn al diario conservador "Frankfurter Allgemeine Zeitung", los salarios industriales en Alemania serían los más altos del mundo, luego de haber aumentado 40% a lo largo de los últmos 20 años. Así, cuatro horas más de trabajo por semana sin compensación salarial, equivalen a una reducción de 12% del "factor de costo trabajo", según los cálculos de Sinn.

Su consecuencia parece lógica: más trabajo reduce los costos y mejora la posición competitiva de la economía alemana. La recuperación coyuntural y el regreso de los inversionistas extranjeros serían la consecuencia lógica. Pero a más tardar aquí es donde toman la palabra los críticos de estas propuestas. Quienes desconfían de los automatismos en economía apuntan que una cosa es la lógica de un economista en la intimidad de su escritorio, pero otra muy distinta la implementación a nivel político y la reacción de la economía real, que no siempre se caracteriza por ser lógica y racional.