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Adiós al saneamiento presupuestario

10 de mayo de 2003

Alemania tampoco podrá atenerse este año a los límites de déficit fiscal del 3% del PIB estipulados en el Pacto de Estabilidad monetaria de la Unión Europea. Así lo admitió el ministro de Hacienda germano, Hans Eichel.

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¿Dónde quedó la buena estrella del ministro de Hacienda alemán?Imagen: AP

Sonó como una virtual declaración de bancarrota. El ministro de Hacienda alemán, Hans Eichel, reconoció ante el semanario Der Spiegel que "los 18.900 millones de euros de nuevo endeudamiento previstos hasta ahora en el presupuesto no alcanzarán ni remotamente" para cubrir los gastos estatales. Tan sólo el alto nivel del desempleo (que afecta a casi 4,5 millones de personas en el país) consumirá este año 10 mil millones de euros, señaló el ministro socialdemócrata, a modo de explicación.

Metas postergadas

Eso significa, en concreto, que también en este 2003 el déficit fiscal de Alemania superará el límite del 3% del Producto Interno Bruto (PIB) fijado en el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea. No sólo eso: la meta de lograr hasta el 2006 un presupuesto equilibrado queda postergada hasta nuevo aviso.

Las confesiones del ministro Eichel, cuando aún no transcurre ni la mitad del año, no podían dejar de estremecer a Berlín. La oposición ya está pidiendo la renuncia del jefe de la cartera de Hacienda, considerado hasta hace un año el garante de la política de ahorro que debía sanear las arcas del Estado. La antigua estrella del gabinete de Gerhard Schröder se tambalea, ante la evidencia de que ha tenido que despedirse del objetivo político-económico en que se fundamentaba su prestigio: la consolidación de las finanzas alemanas.

Pugnas internas

No sólo la debilidad de la coyuntura económica y el consecuente descenso de la recaudación tributaria tienen a mal traer a Eichel. El ministro tiene cada vez más dificultades para imponer su política en el gabinete. También dentro de la bancada parlamentaria socialdemócrata se ha desatado una pugna por la línea a seguir en la difícil situación actual. El ala más cercana a los sindicatos apuesta por incrementar el endeudamiento público y realizar mayores inversiones, para poder reactivar así la actividad económica y el crecimiento. Según este sector, la obstinada política de ahorro está arruinando al país. Eichel, en cambio, insiste en seguir esa línea, aunque ahora haya tenido que reconocer que no podrá evitar pedir un presupuesto adicional.

Para el canciller, Gerhard Schröder, llueve sobre mojado. En plena pugna con los sindicatos por la aplicación de reformas que conllevan dolorosos recortes en el plano del gasto social, lo que menos debe desear es ver en entredicho al ministro que fuera uno de los puntales de su gobierno. Si finalmente optara por reemplazarlo por una figura proclive al mayor endeudamiento, no sólo marcaría un giro en su política de finanzas, sino que de seguro perdería el apoyo del empresariado, que respalda sus proyectos reformistas.