París no es sólo cara para los turistas, también para los franceses se está convirtiendo en una ciudad inhabitable. Los ya de por sí caros precios de alquiler siguen aumentando y la clase media se ve obligada a abandonar el centro de la capital francesa. Falta una política de subvención de alquileres y los parisinos intentan llamar la atención con medidas un tanto radicales.