60 años de Amnistía Internacional en defensa de los derechos humanos

En 1961, el dictador portugues António de Oliveira encarceló a tres estudiantes por brindar por la libertad. Afectado por la noticia, el abogado Peter Benenson escribió un artículo que tuvo un impacto global. En él, hizo un llamado a apoyar a las personas que son perseguidas por sus convicciones. Así nació Amnistía Internacional, una red global que lucha contra las violaciones de derechos humanos.

Amnistía Internacional se centró inicialmente en la defensa de los presos políticos no violentos. Una larga lista de activistas, incluidos Nelson Mandela, de Sudáfrica, y Alexei Navalni, de Rusia, han recibido el apoyo de AI como "presos de conciencia". La organización amplió pronto sus objetivos a diferentes tipos de abusos de poder; entre ellos, el uso de la tortura y la pena de muerte.

Sus esfuerzos por liberar a los presos alertaron a AI de la prevalencia de la tortura. Cuando la ONG lanzó su primera campaña mundial contra la tortura, en la década de 1970, muchas fuerzas armadas de todo el mundo la utilizaban, a menudo contra presos políticos. Varias de sus campañas dieron lugar a resoluciones de la ONU contra el uso de la tortura, que han sido firmadas por más de 150 países.

Las campañas de AI se basan en pruebas recogidas por sus activistas. En las zonas de guerra, donde la población civil es más vulnerable a los ejércitos y milicias, la documentación de los abusos a los derechos humanos es la única forma de responsabilizar a los criminales. La organización publicó un registro digital de los crímenes de guerra de Rusia, Siria y EE. UU. durante la guerra civil siria.

Amnistía Internacional busca detener el flujo de armas hacia las zonas de guerra, donde los misiles pueden usarse potencialmente contra civiles. Aunque un tratado internacional impone normas para regular el intercambio de armas, el comercio mundial de armas sigue aumentando. Algunos de los mayores exportadores de armas, como Rusia y EE.UU., no han ratificado el tratado, y otros tampoco lo cumplen.

Las campañas también abarcan la igualdad de género, los derechos de los niños y el apoyo a la comunidad LGBTIQ+. Los gobiernos y las figuras religiosas han criticado la defensa de la ONG de derechos como el acceso al aborto. En esta imagen, activistas argentinos colocan decenas de ramos de perejil y otras hierbas, utilizadas para inducir abortos, en las puertas del Congreso de Buenos Aires.

Desde la década de 1960, Amnistía Internacional se ha convertido en una amplia red mundial de activistas que, además de participar en campañas de solidaridad mundial, trabajan para abordar los abusos locales contra los derechos humanos. Con millones de miembros y simpatizantes en todo el mundo, la organización ha ayudado a evitar la muerte y la detención de miles de prisioneros.