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Berlín quiere dar a América Latina ''una posición privilegiada''

4 de agosto de 2010

El Gobierno alemán ha aprobado una nueva estrategia para sus relaciones con América Latina. 60 páginas ocupa el concepto, presentado en Berlín por el ministro alemán de Exteriores y vicecanciller, Guido Westerwelle.

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Guido Westerwelle presenta en Berlín su estrategia para América Latina.Imagen: picture-alliance/dpa

En el documento se habla de relaciones "en igualdad de condiciones", de "nueva calidad" de los contactos y de "una posición privilegiada" para el subcontinente. Guido Westerwelle, ministro de Exteriores y vicecanciller alemán, considera que sus predecesores, y también la opinión pública germana, han infravalorado sistemáticamente la importancia de América Latina, y considera que ha llegado el momento de invertir la situación.

"¿De verdad creemos que regiones como Latinoamérica- regiones en crecimiento, regiones dinámicas- se van a contentar con que las contemplemos exclusivamente como socios comerciales y lugar de inversiones?", se preguntaba el liberal Westerwelle en Berlín.

"No, no van a hacerlo. Todo lo contrario: con cada año que crecen y se vuelven más exitosas aumentan sus demandas de participar con autoridad en las conversaciones de la política mundial y de ser actores globales", afirmó.

Para 2010, en el centro y el sur del continente americano se pronostica un crecimiento del 5 por ciento, mientras que el de Europa se calcula alrededor del 1 por ciento. Del boom latinoamericano quiere participar Alemania: para ello fue anunciada ya la "ofensiva en política exterior", que tiene como objetivo hacer de la política un mejor aliado de los empresarios que se interesan por la zona. Sin embargo, no sólo en datos económicos piensa el Gobierno alemán: la nueva hoja de ruta para el intercambio diplomático con América Latina espera ir más allá.

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El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, visitó en marzo de 2010 la fábrica de Siemens cerca de Sao Paulo.Imagen: picture alliance/dpa

Los valores son lo importante

"Con Latinoamérica no sólo compartimos intereses comerciales, sino principalmente valores. Ésa es la mejor base para una cooperación estrecha, independientemente de lo diferentes que sean los Estados latinoamericanos entre sí", declaró Westerwelle. Existe un amplio número de desafíos internacionales que podrían aprovechar del trabajo y las visiones similares, recalcó el ministro: la crisis financiera, el cambio climático, la política energética, el desarme y la guerra contra el terrorismo, por poner algunos ejemplos.

Alemania está dispuesta a ayudar allí donde persistan los problemas en la instauración de dichos valores compartidos, se dijo en Berlín. El respeto de los derechos humanos y del Estado de derecho son dos puntos que ocupan una posición prominente en el nuevo concepto gubernamental. En cuanto al espinoso asunto de Cuba, los alemanes apuestan por sumarse a la política común europea, pero sin seguir dejando que de cara al subcontinente ésta sea territorio exclusivo de españoles, portugueses, franceses e italianos.

Unos más contentos que otros

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Guido Westerwelle aterriza en el aeropuerto de Santigao de Chile, 07.03.2010.Imagen: picture alliance / dpa

Unos cuantos cientos de personas habían acudido al Ministerio de Exteriores en la capital alemana para escuchar a Westerwelle durante la presentación de la nueva estrategia. Entre ellos, un importante número de embajadores latinoamericanos, que quedaron satisfechos con las palabras del jefe diplomático germano.

"Estamos frente a la oportunidad de restablecer un vínculo que históricamente supimos tener: a principios del siglo XX, Alemania era el principal mercado para la mayoría los productos argentinos. Esto se perdió en la posguerra y está volviendo gradualmente", opinó el embajador de Argentina, Guillermo Nielsen, "la verdad es que me llena de satisfacción. Muchos de los detalles, de los matices que usó Westerwelle, son indicadores de una vocación alemana por retomar el lugar que tuvo en Argentina y en América Latina".

Las ONG presentes no aplaudieron tan alto. La inclusión explícita del respeto a los derechos humanos en el documento fue bien acogida por la mayoría de los activistas. Sin embargo, éstos encuentran trampas en el concepto allí donde el desarrollo de intereses económicos puede llevar a un aumento de la pobreza local. "Es el caso, por ejemplo, de la extracción de recursos naturales en América Latina, en la que Alemania tiene un interés especial", advirtió Hein Broetz, experto para la región de la organización católica Misereor.

"También me hubiera gustado saber cómo define el texto exactamente el desarrollo sostenible que tantas veces aparece mencionado. En Misereor opinamos que el desarrollo sostenible no puede ser únicamente ecológico, sino también social. Pueblos indígenas son desplazados con frecuencia para llevar a cabo grandes proyectos de infraestructura y explotación, y a este respecto me hubiera gustado ver un posicionamiento claro", añadió Broetz.

Sobre todo en Brasil, donde se celebrarán los próximos Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol, espera el empresariado alemán poder participar en el sector de las infraestructuras. Westerwelle alabó al país sudamericano por desarrollar la energía atómica y dijo que su posición y la de Alemania coincidían de cara a una reforma del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde ambos Estados reivindican un puesto permanente.

Nada nuevo, sentenció el socialdemócrata alemán Klaus Brandner. La estrategia del Gobierno alemán no hace aportación alguna: se trata únicamente, dijo, de un intento de Westerwelle de darle perfil a su política exterior.

Autor: Bernd Gräßler/ Luna Bolívar

Editora: Emilia Rojas Sasse