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Mercosur: poca esperanza de resurrección

Jan D.Walter (jov/ch)18 de diciembre de 2015

Primero fue Argentina la que se opuso a Mercosur, y ahora que su nuevo gobierno quiere impulsarlo, es Brasil el que podría frenar esta débil unión de libre comercio en América del Sur.

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Argentina y Brasil: tiempos y destiempos
Argentina y Brasil: tiempos y destiemposImagen: Getty Images/E. Sa

Hace 24 años, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay fundaron en Asunción el Mercado Común del Sur (Mercosur). La idea era reducir aranceles y subsidios, así como eliminar, o por lo menos, homologar cuotas y otras barreras comerciales.

Pero el balance es decepcionante. En un tratado que parece tener más excepciones que reglas son pocas las barreras comerciales abolidas. Es más, la firma de tratados de libre comercio con terceros es una excepción, porque ningún miembro del Mercosur tiene derecho a sellar esos acuerdos sin el aval de los demás.

¿Reanimación en el lugar del nacimiento?

Este lunes, los presidentes de los cuatro miembros fundadores se reúnen de nuevo en la capital paraguaya. Lo que hace germinar una tierna esperanza de que el Mercosur, al fin, se comprometa en serio con sus objetivos formulados.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que considera el capitalismo como obra del diablo, no ha confirmado su participación; su país se unió al grupo en 2006 sin haber ratificado ni un solo acuerdo, hasta ahora. Paraguay y Uruguay presionan, por su parte, una apertura de Mercosur hacia el mundo industrializado. Y Argentina, que hasta ahora ha impedido cualquier liberalización, tiene un nuevo presidente.

Mauricio Macri quiere regresar a Argentina a la comunidad internacional, de la que la mantuvieron alejada los tres gobiernos de los Kirchner. Cristina Fernández frenó, insistentemente, las negociaciones con la Unión Europea.

"Todos los ojos están puestos en el ímpetu reformador de Macri", dice Juan Carlos Hidalgo, experto en América Latina del Instituto Cato de Washington. Reformas sobre las que busca convencer a Brasil. "Si a Brasil le va mejor, también le irá mejor a la Argentina”, dijo Macri durante su temprana visita a Rousseff.

Un gigante tambaleante

Brasil es, a pesar de todo el proteccionismo, el mayor socio comercial de la Argentina. El problema es que la economía de Brasil tambalea. La mayor economía de América Latina se redujo en 2015 en un 3,5%. Las tímidas reformas introducidas por Rousseff no han sido respaldadas ni por su propio Partido de los Trabajadores. Un apoyo más necesario que nunca, justo cuando la presidenta enfrenta diversas acusaciones que podrían llevar a su destitución.

Por ello, Hidalgo cree que Rousseff se dedicará más a buscar respaldo en su partido que a promover un acuerdo comercial con la UE, como lo prometió en marzo en Bruselas. Una prueba de ello es que frenó a su ministro de Economía, Joaquim Levy, la cabeza reformista de su gabinete.

Dudas sobre el progreso de Mercosur

Martin Häusling, del partido Alianza 90/Los Verdes y miembro del Comité para América Latina del Parlamento Europeo, tampoco cree en un rápido avance de las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur. Häusling cree que “la debilidad de Rousseff tampoco favorece a Mercosur”. El escepticismo ciudadano frente a los TLC, tanto en Europa como en los países del Mercosur, es también un factor social que cuenta.

Häusling, sin embargo, no lamentaría que las barreras de importación de ciertos productos del Mercosur se sigan manteniendo, en bien de la protección de los consumidores europeos. Häusling teme que el Mercosur pueda inundar los mercados de la UE con soja manipulada genéticamente, por ejemplo. Y agrega, que “un tratado con Mercosur favorecería a los grandes productores, en detrimento de los pequeños cultivadores”. El lado positivo sería la reducción de costos, más seguridad jurídica y mayor intercambio comercial a ambos lados del Atlántico.