1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Soja de la UE: ¿qué pasaría con la sudamericana?

29 de septiembre de 2017

Catorce países de la UE se han propuesto incentivar el cultivo local de soja no transgénica. ¿Tienen motivo para preocuparse los exportadores sudamericanos?

https://p.dw.com/p/2kvL7
Cultivo de soja en la provincia de Buenos Aires, Argentina.
Cultivo de soja en la provincia de Buenos Aires, Argentina.Imagen: Getty Images

La "Declaración Europea de la Soja”, firmada en julio de 2017 por 14 países de la Unión Europea, fue presentada esta semana en el Parlamento Europeo. La iniciativa, promovida por Alemania y Hungría, propone incentivar la producción europea de soja (no transgénica) y de otras leguminosas, fuentes de proteína vegetal.

De los 31,2 millones de toneladas de soja que se utilizaron en la UE entre 2015 y 2016, sólo una tonelada y media se cultivó en la UE. Dedicada, junto con el maíz, a la cría intensiva de animales, la soya es vital para los productores europeos, que dependen en un 95% de las importaciones. Cabe resaltar que trece de los quince millones de hectáreas de cultivo de soja están en países de América del Sur. Brasil, Argentina y Paraguay son los mayores proveedores de los europeos.

"Cambiar la actual situación sería bueno por muchos motivos. Uno de ellos: lo que importamos especialmente de Sudamérica no es ni sustentable ni respetuoso con el medioambiente”, explica a DW el eurodiputado alemán Martin Häusling, miembro de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo. "Cultivan con transgénicos y mucho glifosato, lo cual abarata la producción, pero lo convierte en una catástrofe ecológica.  Además de que beneficia a muy pocos y acaba con los pequeños agricultores”, subraya.

¿Bueno para el medio ambiente?

Incentivar el cultivo de leguminosas en Europa –por lo menos en los países firmantes que son Alemania, Hungría, Austria, Francia, Holanda Italia, Polonia, Croacia, Rumania, Eslovenia, Eslovaquia, Finlandia, Grecia y Luxemburgo- tendría, así el texto de la iniciativa, también un impacto positivo en la biodiversidad y contribuiría a la mitigación del cambio climático. 

Martin Häusling, eurodiputado alemán, miembro de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo.
Martin Häusling, eurodiputado alemán, miembro de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo. Imagen: EP

¿Sería entonces lo mejor que la UE produjese aquí mismo los 30 millones de toneladas de soja que le faltan?  "De llevarse a la práctica esta iniciativa, efectivamente la rotación de los cultivos beneficiaría al medio ambiente. Sin embargo, en mi opinión, se concentran demasiado en la soja, cuando hay otras leguminosas –altramuces, habas, algarroba- que se dan muy bien en Europa”, continúa Häusling, portavoz de la bancada ecologista para temas agrícolas.

Por su parte, la asociación europea FEFAC (European Feed Manufacturer Federation), si bien ha dado la bienvenida a la iniciativa, advierte que no hay que perder de vista la realidad: la producción que le faltaría a Europa sería mucha. Para asegurar los piensos para el ganado, Europa no puede prescindir de la importación, recuerda en un comunicado. 

Precisamente, ese es el otro punto que hace dudar a Häusling de las bondades de esta iniciativa: "Si de verdad se tratase de la  protección medioambiental y de sostenibilidad,  la meta no debería ser llegar a producir los millones de toneladas de proteína vegetal que faltan en Europa, sino más bien cuestionar la cría animal a la que está destinada.

Cultivo de soja en Brasil.
Cultivo de soja en Brasil.Imagen: WWF

"Después de haber importado un alimento de dudosa calidad, producimos montañas de carne que exportamos –con gran impacto ambiental por el transporte- y, además, nos quedamos con los residuos. La sobrecarga de fertilizante (estiércol) se ha convertido en un problema grave para Europa”, explica. 

Si bien para los países de Europa del Este –que tienen mucho terreno cultivable- el incremento en la producción de soja podría convertirse en una realidad a corto plazo, especialistas como Häusling dudan que pueda competir con la soja sudamericana.   "En realidad, dado que los transgénicos no están permitidos en Europa, jamás podríamos competir con la producción sudamericana, que no tiene en cuenta los daños colaterales de esos cultivos”, afirma.

Así las cosas, ¿deberían preocuparse los productores de soya sudamericanos? "No”, opina Häusling. "Todos los expertos hablan de que un máximo del 10% de la superficie europea cultivable podría ser destinada a las leguminosas. Su producción nos dejaría lejos de los 30 millones de toneladas que nos faltan”, apunta.

Por otro lado, el pronto acuerdo con los países del MERCOSUR –todos exportadores de soja- cimentaría la situación tal como está: "La UE quiere exportar maquinarias, bebidas alcohólicas, servicios. Y sabe que va a importar 90 mil toneladas de carne vacuna sin aranceles y mucha soja sin barreras. ¿La iniciativa? Tiene muy poco alcance. Es solo una hoja de parra”, concluye.

Autora: Mirra Banchón (CP)