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Ruta de los Balcanes: ¿qué hacer con los refugiados?

Nemanja Rujevic (JOV/EL)27 de octubre de 2015

Después de la reunión de Bruselas sobre la crisis de refugiados quedó claro: los países balcánicos deben frenar el paso de refugiados, pero los expertos de la región están divididos.

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Refugiados en Sentilj, frontera entre Eslovenia y Austria.
Refugiados en Sentilj, frontera entre Eslovenia y Austria.Imagen: Reuters/L. Foeger

Condiciones dignas para los refugiados, una mejor comunicación entre los países de tránsito y, sobre todo, parar la afluencia “descontrolada” de peticionarios de asilo: el plan de 17 puntos presentado por la Unión Europea, Alemania y los países de la llamada Ruta de los Balcanes parece más bien una declaración de intenciones, aunque también incluye algunas cifras: 400 policías ayudarán a las autoridades fronterizas en Eslovenia y oficiales de Frontex a las griegas, serbias y croatas. Además, a lo largo de la ruta de los Balcanes se abrirán 100.000 centros temporales adicionales de recepción de refugiados.

“La crisis de los refugiados ha tomado a los países balcánicos por sorpresa, a pesar de que el problema era previsible”, dice Lidija Čehulić Vukadinović, de la Facultad de Ciencias Políticas de Zagreb. La politóloga recuerda los intentos de los políticos de la región por ganarse simpatías a expensas de los refugiados: Serbia quería mostrarse más humana que Macedonia, Croacia buscaba presentarse más europea que Serbia y Eslovenia más ordenada que Croacia.

Pero en casi todas partes se han presentando horribles escenas: refugiados durmiendo a la intemperie o atacados con gases lacrimógenos por la policía. Entre tanto, "se ha comprobado que ninguno de estos países es capaz de resolver el problema por sí mismo. Por lo tanto, es necesaria la cooperación a nivel europeo”, dice Vukadinović.

Campaña política con hostilidades

Bruselas llama específicamente a mejorar la comunicación entre los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes. Una cooperación que, hasta ahora, no ha existido. En su lugar, los gobiernos buscan culpar a sus vecinos de los problemas que ellos mismos no resuelven.

"Se trata de pequeños países que comparten un pasado sangriento", recuerda Čehulić Vukadinović. Las hostilidades son reforzadas específicamente por algunos políticos con el fin de ganar votos en las elecciones parlamentarias que tendrán lugar en Croacia en dos semanas.

Cercos de moda

Expertos cren que si la crisis de refugiados en el sureste de Europa continúa, las fuerzas extremistas de derecha de los países de la región, en especial en las repúblicas de la antigua Yugoslavia, podrían revitalizarse. Ya desde hace tiempos que algunos políticos de derecha en Serbia y Croacia venían diciendo que la UE quería abrir campamentos permanentes en los Balcanes para parar a los refugiados allí.

Las peticiones de cerrar las fronteras son cada vez más estridentes, como lo ha expresado el primer ministro búlgaro. Para el gobierno esloveno una valla es una opción, y el presidente de Croacia preferiría enviar el Ejército a la frontera con Serbia. Para el bloguero serbio Tešić este es un desarrollo subrepticio: al comienzo la valla de Hungría fue vista como antieuropea y xenófoba, ahora levantar muros parece lo más correcto y aceptado.

Y eso, a pesar de que los temores de los "ciudadanos preocupados" de los Balcanes son totalmente infundados por una sencilla razón: "Los peticionarios de asilo no quieren quedarse en los Balcanes," enfatiza Tešić, y concluye: "Quién ha logrado llegar después de tantas penurias hasta los Balcanes, ya no se va a dejar detener".